El pueblo de Dios se había acostumbrado
a ir al templo para adorar a Dios. Esto podríamos decir que no tenía nada de
malo. Lo que realmente molesta a Dios es que alguien lo adore tan solo como
producto de una costumbre sin sentir pasión en su corazón. V 2 “Así ha dicho Jehová: Ponte
en el atrio de la casa de Jehová, y habla a todas las ciudades de Judá, que
vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé
hablarles; no retengas palabra.”
Hay
muchos que se llaman cristianos solo porque nacieron en un hogar cristiano pero
ellos no conocen verdaderamente a Jehová.
El pueblo de Israel era un pueblo
que se congregaba pero no oía lo que Dios les hablaba. Cuando alguien se
acostumbra a algo ya no pone mucha atención.
V 4-6 “Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová: Si no me oyereis para andar
en mi ley, la cual puse ante vosotros, para atender a las palabras de mis
siervos los profetas, que yo os envío desde temprano y sin cesar, a los cuales
no habéis oído, yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por
maldición a todas las naciones de la tierra.”
Al pueblo no le gustaba la corrección. V 7-8 “Y los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías
hablar estas palabras en la casa de Jehová. Y cuando terminó de hablar Jeremías
todo lo que Jehová le había mandado que hablase a todo el pueblo, los
sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto
morirás.” han pasado muchos años y todavía hay quienes se llaman cristianos
solo porque hace algún tiempo se congregan en algún lugar pero lo que más les
disgusta es someterse a la palabra de Dios. Estas personas se la pasan buscando
lugares donde sus líderes hablen lo que a ellos les gusta escuchar y no lo que
Dios les quiere hablar. 2 Timoteo 4: 3 “Porque vendrá tiempo cuando
no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias,”
Los nuevos cristianos que lo único que
buscan es un lugar cómodo y pastores que prediquen lo que a ellos les encanta
cuando se encuentran con una iglesia sometida a la palabra salen corriendo
arguyendo que ellos no son fanáticos ni legalistas.
El cristianismo esta cayendo en la tradición
al igual que la iglesia a la cual llamamos tradicional. Antes los cristianos se
caracterizaban por el profundo y amplio conocimiento de la palabra de Dios hoy
en día encontramos muchos que dicen ser cristianos tan solo porque sus padres
lo eran el problema es que ellos no tienen el mismo conocimiento de sus padres
nunca fueron discipulados.
Como quiere Dios que seamos.
1. Personas de alto grado de
arrepentimiento. V 3 “Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me
arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras.” el
arrepentimiento no solo era determinante en la antigüedad, para Jesucristo también
era importante. Mateo 4: 17 “Desde entonces comenzó
Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de
los cielos se ha acercado.”
El arrepentimiento es mucho más que
tan solo no querer hacer algo. El verdadero arrepentimiento es cambiar de rumbo
cuando una persona se arrepiente su forma de vida también cambia. V 13 “Mejorad ahora vuestros
caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá
Jehová del mal que ha hablado contra vosotros.”
2. Adoradores en espíritu y en
verdad. Muchas adoran a Dios pero en la carne y en el alma lo único que los mueve
son las emociones y por eso su compromiso es perecedero no dura mucho tiempo. Juan
4: 24 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.”
Con Jesucristo se reunía mucha
gente en la multiplicación de los peses y los panes se reunieron cinco hombres
sin contar a sus mujeres e hijos pero Jesucristo prefiere estar con dos o tres
que verdaderamente se reúnan en su nombre es decir que lo busquen a el más que
a los milagros. Mateo 18: 20 “Porque donde están dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Dios quiere que tú y yo nos congreguemos
y le adoremos pero que lo hagamos porque lo amamos y no solo porque hemos adquirido
la costumbre de hacerlo. Hoy es fácil encontrar gente mala que tiene buenas
costumbres. Mantiene la buena costumbre
de orar, de ayunar y de congregarse pero su vida no tiene ningún cambio.