Los seres humanos somos emocionalitas
y por supuesto cuando anteponemos las emociones a la razón terminamos confundidos
sobre todo en lo espiritual.
El Apóstol Pablo estaba muy
preocupado con la iglesia de La odisea. V 1 “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y
por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro”
Su
preocupación era puntual Pablo creía que la iglesia seria confundida con falsas
enseñanzas que niegan la existencia sea del padre o sea del hijo. V 2 “para que sean
consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo”
es evidente que a muchos cristianos este misterio todavía no les ha sido
revelado.
Como cuidarnos de las falsas Enseñanzas.
1. No Creyendo según la forma de
pensar del hombre sino según la forma de pensar de Dios que es a través de su
palabra. V 8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del
mundo, y no según Cristo”
La verdadera Fe no consiste en
creer a nuestra manera sino a la manera de Cristo, no importa cuán hermoso
predicamos lo que realmente importa es cuánto de lo que hablamos proviene de
Dios y no de nosotros.
2. Estando seguros que en Cristo
somos purificados. V 11 “En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a
mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de
Cristo”
3. Creyendo que Dios a través de Jesús
en el Bautismo nos hace Nacer de nuevo
para Cristo. V 12- 13 “sepultados con él en el
bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el
poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados”
4. No permitiendo que otros Juzguen
tu verdad en Cristo. V 16 “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a
días de fiesta, luna nueva o días de reposo,”
5. Esperando nuestro galardón
producto de nuestra fe. V 18 “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los
ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su
propia mente carnal,” solo si estamos seguros que algo tenemos que ganar
seguiremos luchando y no permitiremos que otros nos confundan. El que cree que
nada tiene que ganar o que perder no se cuida.
6. No permitiendo que las
costumbres y tradiciones del mundo nos vuelvan a enredar o confundir. V 20 “Pues si habéis muerto con
Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el
mundo, os sometéis a preceptos”
7. No atiendas enseñanzas de
hombres sométete a la palabra de Dios. V 21-22 “tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a
mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso”
8. Entendiendo que solo Jesucristo
nos ayuda a cambiar. Los esfuerzos humanos de nada sirven. V 23 “Tales cosas tienen a la
verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en
duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la
carne.” nosotros nos disponemos pero el que lo hace todo es Jesús.
Todo aquel que le quita o le
aumenta palabras a la biblia cae en maldición. Le quitamos cuando no la
enseñamos de manera completa y le aumentamos cuando hablamos cosas que la
palabra no dice. Apocalipsis 22: 18-19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de
este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas
que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro
de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa
ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
Cada día salen más personas que se
inventan doctrinas y formas de adorar a Dios de acuerdo a su conveniencia. La
única que nunca cambia es la enseñanza verdadera de Dios a través de su
palabra.
A Dios no hay que adorarlo a nuestra manera a Dios hay que adorarlo a la
manera de él. Para eso nos dejó sus ordenanzas.