Si un
médico dice con tono excitado: descubrí la vacuna para la fiebre tibetana,
vengan y hagan una fila para inyectarlos rápidamente, ¿Cuántos se acercarían?
Para que su descubrimiento nos
impresione lo suficiente como para querer ser vacunados, él tendría que
demostrar primeramente el terrible peligro que ese virus desconocido signifique.
Pablo
trataba de hacer su mejor esfuerzo para convencer a los romanos de que él tenía
la cura para los terribles males de la humanidad, pero para esto era necesario
primero convencerlos de que estaban enfermos, de lo contrario nunca aceptarían
esa cura, y si la llagaban a aceptar no lo iban hacer con anhelo, con amor. Una
persona que recibe un medicamento pensando que no está enfermo no la tomar con
ganas, y sobre todo nunca va a sentir agradecimiento por dicho medicamento.
Pablo empieza a mostrarles primero
los síntomas de esa terrible enfermedad. V 10-18 “Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
3:11 No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios.
3:12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
3:13 Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
3:14 Su boca está llena de maldición y de amargura.
3:15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;
3:16 Quebranto y desventura hay en sus caminos;
3:17 Y no conocieron camino de paz.
3:18 No hay temor de Dios delante de sus ojos” hoy vemos destrucción, crímenes, familias divididas, pobreza extrema, etc.
No hay justo, ni aun uno;
3:11 No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios.
3:12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
3:13 Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
3:14 Su boca está llena de maldición y de amargura.
3:15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;
3:16 Quebranto y desventura hay en sus caminos;
3:17 Y no conocieron camino de paz.
3:18 No hay temor de Dios delante de sus ojos” hoy vemos destrucción, crímenes, familias divididas, pobreza extrema, etc.
Y ahora
les muestra la enfermedad: el Pecado. V 23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Dios no
hizo al hombre para que viviera mal, para que sufriera, Dios hizo al hombre
para que viviera feliz, para que poblara la tierra con familias felices, pero
si salimos a la calle o miramos la televisión encontramos un panorama
totalmente diferente, y aterrador. El motivo, todos somos pecadores. Y estamos
condenados, y lo peor es que nada podemos hacer nosotros para cambiar esta
situación, en nuestras fuerzas nada podemos hacer
Pecado
no es la drogadicción, Pecado es alejarse de Dios, la drogadicción, la
prostitución, etc. y todos los demás males que aquejan a la humanidad, tan solo
son las consecuencias de estar destituidos de la gracia de Dios, cuando alguien
no está con Cristo todos los males le empiezan a llegar.
Pero
como es que el hombre llego hacer pecador, ¿cuándo lo hicimos?, pablo les
explica que fue a través del primer hombre Adán. 5: 12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron” de Adán para acá todos nacemos con pecado, somos
considerados culpables, haga de cuenta que un hombre es delincuente y es
condenado a dos años de cárcel, y que cada hijo que le nace también tiene que
pagar esa condena, de esa misma forma estábamos con relación a
nuestro padre Adán, el peco fue destituido de la gracia de Dios y juntamente
con el todos nosotros,
Pero
Pablo les da una gran noticia el tiene la cura, a ese terrible mal, ya
conociendo la enfermedad sería más fácil que los romanos recibieran con ansia y
amor esa vacuna. 5: 21 “para que así como el pecado reinó
para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna
mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Jesucristo se convierte en la única
solución, en la única cura para la humanidad,
Pero
como seria que Jesucristo se convertiría en ese remedio tan anhelado, el
antídoto seria su sangre, solo a través de ella sería posible la salvación del
mundo. 5: 8 “Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Cristo
tenía que morir para poner a nuestra disposición su sangre preciosa, que acto
de amor tan maravilloso.
Éramos
enemigos de Dios, pero Jesucristo a través de su muerte nos reconcilia, es
decir volvemos en amistad con Dios. 5: 10 “Porque
si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”
Conclusión. Si nosotros entendiéramos
que ya estábamos condenados y que lo único que merecíamos era la muerte, y que
Jesucristo nos amo tanto que acepto morir por nosotros para salvarnos, fuéramos
las personas más agradecidas con él, en verdad no tenemos con qué pagarle lo
que él hizo por nosotros.
Y su amor no termina ahí, el no solo
nos hizo libres del pecado de Adán, sino que nos hace libres de todas las
consecuencias del pecado, (drogadicción, alcoholismo, prostitución etc.) para
que ahora seamos responsables de nuestros pecados, cuando venga Cristo no nos
va a juzgar por lo que hizo Adán, nos juzgara por lo que hayamos hecho
nosotros.