La orden de Jehová Dios es que todo
su pueblo sea santo. Mateo 5: 48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está
en los cielos es perfecto.”
La santidad no se la adquiere de la
noche a la mañana ni tampoco de manera mágica. Ser santo es ser apartado del
mundo para Dios.
El
pueblo de Dios venia de pecar o de ofender a Dios de manera constante. En cada instante
el pueblo le fallaba a Dios. Nada diferente a lo que nos sucede hoy en día todos
somos pecadores. Romanos 3: 23 “por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”
Lograr la santidad es un proceso
que no depende de la fuerza humana. Solo Jesucristo puede ayudarnos a
conseguirla.
En algunas versiones bíblicas Jesucristo
no solo nos pide ser santos o apartados para él. También nos pide que tenemos
que ser perfectos.
Ser santo es ser consagrado a Jehová
llegara el día en que todo en la tierra será consagrado a Dios tanto los
animales como las cosas. V 20-21 “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los
caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los
tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de
los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y
cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de
los ejércitos”
Jesucristo sabe que conseguir una
vida santa es muy difícil por esta razón él es tardo para la ira y rico en
misericordia. Números 14: 18 “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la
iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable;
que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta
los cuartos.”
1. Tardo
para la ira: significa que él nos tiene paciencia para que podamos tener el
tiempo suficiente de arrepentirnos. Si Jehová nos castigara de manera inmediata
nadie tuviéramos la oportunidad de ser perfecto.
Si un pintor cada vez que se le va
mal un trazo con el pincel rompe la pintura nunca llegaría a tener una obra de
arte perfecta siempre estaría empezando de cero.
Nosotros somos la obra de Dios más
valiosa que cualquier trabajo de arte, por esta razón él no nos destruye cada vez
que fallamos. El prefiere restaurarnos para que a través del arrepentimiento un
día lleguemos ser perfectos.
2. Rico en
Misericordia. Misericordia es perdonar a aquel que merece castigo. Jehová sabe
que nunca haríamos méritos para ser perdonados es por eso que a pesar de
nuestras fallas el decide perdonarnos aun cuando no lo merezcamos él nos
perdona con el fin de purificarnos y poco a poco lleguemos a ser santos o
perfectos.
Consecuencias de una vida en santidad.
1. Tenemos la protección de Dios. Zacarías
14: 3 “Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como
peleó en el día de la batalla.”
2. Seremos capaces de llevar vida
en lugar de muerte. V 8 “Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén
aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el
mar occidental, en verano y en invierno.” una
persona santa no es capaz de dañar al caído su trabajo es ayudarle a restaurar
su relación con Dios.
3. Tendremos facilidad para
dejarnos gobernar por Jehová. V 9 “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En
aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.” solo si
estamos bajo la soberanía de Cristo podremos mantenernos en santidad.
3. Seremos benditos. V 11 “Y morarán en ella,
y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.” la
bendición de Jesucristo hecha fuera toda maldición. Un pueblo bendecido por Dios
nunca podrá ser maldito.
Para vivir en santidad lo único que
necesitamos es disponernos de corazón y dejar que Jesucristo a través de su
santo espíritu nos ayude a conseguirlo. No luches en tus fuerzas la única forma
para lograrlo es con la ayuda de Jesucristo.