Por lo general nosotros creemos que el único que nos puede hacer feliz es Dios pero la verdad es que él también se goza con nosotros. Cada vez que nos congregamos para adorarlo él calla para escucharnos, como todo buen padre su corazón se deleita de vernos alegres delante de él. V 17 “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.” por esta razón es tan importante no dejar de congregarnos. Hebreos 10: 25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Que agradable seria ir al templo no
solo con la intención de pedirle algo a Jesucristo él se sentiría muy feliz el día
en que nos congreguemos simplemente porque extrañamos su presencia o porque
queremos hacerle una fiesta de agradecimiento y de amor.
A Jesucristo lo que más le dolía es
que la gente hacia hasta lo imposible por estar con él pero solo por lo que él
les daba. Juan 6: 26 “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me
buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os
saciasteis.”
Es asombroso ver como hoy en día los estadios
son repletos de personas buscando un milagro, pero quedan vacíos cuando se
trata solo de recibir palabra.
Cuando Jesucristo daba panes y peces
eran miles las personas que estaban con él. Pero cuando se trataba de escucharle
sus enseñanzas la gente se iba de su lado. Juan 6: 60, 66-67 “Al oírlas, muchos de sus
discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Desde entonces
muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces
Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?”
Como podemos alegrar el corazón de Jehová.
1. Aceptando sus correcciones. V 2
a “No escuchó la voz,
ni recibió la corrección.” Jehová nos corrige porque nos ama y le duele cuando
lo ignoramos.
Jehová quiere hacer de nosotros
personas perfectas y la única forma de conseguir la perfección es a través de
la corrección. Sin corrección no hay perfección.
2. Acercándonos a Jehová. A todo
padre lo que más le gusta y le causa felicidad es tener a sus hijos muy cerca.
V 2 b “no confió en Jehová, no se acercó a su Dios” hay muchos
hijos que dicen yo no voy a visitar a mis padres porque no tengo nada que
llevarles, a ellos no les interesa lo que les demos ellos lo que más anhelan es
nuestra presencia.
3. Enseñando lo que él quiere y no
lo que nosotros queremos. V 4 “Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes
contaminaron el santuario, falsearon la ley.” el deseo que Jehová tiene es que
todo el mundo se salve. 1 Timoteo 2: 4 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad.” cada vez que nosotros le compartimos a alguien y esa
persona escucha alegramos el corazón de Jehová.
Ya que el deseo que tiene Dios es
que todo el mundo se salve tranquilamente podríamos decir sin ser una herejía
que nosotros podemos cumplirle un deseo a Dios. Si tu ayudas a que alguien sea
salvo ya le estas cumpliendo el deseo de Dios y esto le saca una sonrisa de sus labios.
4. dejando que Jehová nos
purifique. V 9 “En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para
que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.” Jehová al
igual que todo padre que ama a sus hijos se alegra en gran manera al saber que
estamos dispuestos a cambiar nuestra manera de vivir.
5. Siendo humildes. V 12 “Y dejaré en medio de ti un
pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová.” la
humildad nos lleva a ser obedientes. Solo una persona humilde es capaz de
aceptar corrección sin revelarse.
6. Esforzándonos por mantener una
vida correcta. A que padre no le alegra saber que sus hijos viven decentemente.
V 13 “El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en
boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y
dormirán, y no habrá quien los atemorice.”
7. Viviendo de manera alegre. V 14
“Canta, oh hija de
Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija
de Jerusalén.” la alegría de un hijo es alegría de un padre. El mundo ya
es suficientemente duro como para nosotros acabarlo de endurecer con nuestro
mal genio.
No solamente busquemos a Jehová
cuando necesitamos algo de él. Busquémoslo porque estamos agradecidos y porque
le queremos alegrar su corazón. Él te espera con los brazos abiertos y quiere
escuchar de nosotros no solo quejas y reclamos. Él también quiere oír de
nosotros palabras de amor y agradecimiento.