Un desierto es algo árido, sin vida
incapaz de producir algo o de dar fruto.
Así hay vidas que teniéndolo todo
llegan a ser como un desierto por mucho
que tengan no lo pueden disfrutar y cada vez sienten que su alma esta mas
reseca. Son personas infelices que ya no tienen ni ganas de vivir. V 3 “y dile: Así ha dicho Jehová
el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano
contra ti, y te convertiré en desierto y en soledad.”
Hay
personas que cada día que pasa se quedan más en soledad. V 7 “Y convertiré al monte
de Seir en desierto y en soledad, y cortaré de él al que vaya y al que venga.”
Hay tres razones muy fuertes que hacen que una persona viva en un desierto.
1. Tener Rencor en su corazón. V 5
a “Por cuanto tuviste enemistad perpetua,” “” el rencor nos lleva a tener enemistad perpetua
con los demás.
1.1. El
Rencor nos hace actuar con maldad. V 5 b “, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el
tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo” y la
maldad nos hace caer en las garras de satanás. Efesios 4: 26-27 “Airaos, pero no pequéis; no
se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”
1.2. El
rencor enferma físicamente y psicológicamente.
Proverbios 17: 22 “El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste
seca los huesos.”
1.3. El
Rencor aísla a las personas. Si quieres quedarte solo o sola en la vida la
mejor forma es teniendo reconocer por todo. Una persona rencorosa se torna
amargada y nadie quiere estar con un amargado.
2. Desear lo ajeno. V 10 “Por cuanto dijiste: Las dos
naciones y las dos tierras serán mías, y tomaré posesión de ellas; estando allí
Jehová;” el desear lo ajeno produce infelicidad por varias razones.
2.1. No está
satisfecho con lo que tiene, con lo que es y con lo que hace. Una persona insatisfecha
nunca está contenta con lo que tiene se vuelve insaciable entre más tiene más
quiere.
2.2. No
disfruta lo que tiene o lo que es. No es malo desear algo mejor pero debemos
disfrutar lo que tenemos mientras luchamos por conseguir lo que deseamos.
2.3. Siente
envidia por los demás. Salmos 73: 3 “Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los
impíos.”
La
infelicidad de una persona comienza cuando no disfruta de lo que tiene por
estar deseando lo que no tiene.
3. Cada uno recibe de acuerdo a lo
que siembra. V 11 “por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, yo haré conforme a tu
ira, y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con
ellos; y seré conocido en ellos, cuando te juzgue.” antes de
sembrar deberías pensar en que quieres cosechar. La ley de la siembra y la
cosecha es algo ineludible necesariamente lo tenemos que vivir. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
3.1.
Siembra Amor. Si en joven siembras amor en anciano podrás cosechar en
abundancia.
3.2. Tiempo
de calidad con los tuyos. Si ahora que tus hijos son pequeños no tienes tiempo
para ellos. Ellos cuando ya sean jóvenes y tú un viejo ellos tampoco tendrán
tiempo para ti. Y si esta regla no se aplicado a ti es por la misericordia de Dios.
Nunca dejes que el rencor invada tu
corazón nunca desees el mal a los demás. Deja que Jesucristo llene tu corazón y
podrás experimentar lo que es la verdadera felicidad en tu vida.