martes, 20 de octubre de 2015

Daniel y la Oración. Daniel 9.



Para muchos orar es tan solo hablar pero para la gran mayoría de los grandes siervos de Dios Orar es mucho más que tan solo hablar.
A través de la oración podemos ver y sentir la presencia de Dios. Orar más que tan solo hablar es dialogar. Para los seres humanos nos es más fácil hablar que dialogar.
Por naturaleza los seres humanos podemos hablar sea de manera audible o por señas.
Pero nos es más difícil dialogar. Para que haya un verdadero dialogo se necesita también aprender a escuchar.

Características de la oración de Daniel que nos sirven de ejemplo.
1. Daniel oraba en todo momento no solo cuando necesitaba. Daniel 6: 10 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” la oración para Daniel era una relación de intimidad con Dios.
2. Sabía muy bien los Propósitos de Dios. 9: 2 “en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años” nuestra oración sería más efectiva si conocemos el propósito que Dios tiene para nosotros. Muchas de nuestras suplicas van en contra de lo que Dios quiere.
3. Tenía una Actitud de humildad. V 3 “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” el ayuno y cualquier otro esfuerzo que hagamos más que un sacrificio es una actitud agradable delante de Dios.
4. Reconociendo nuestros errores. V 4-5 “Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” muchas oraciones solo son quejas y reclamos.
5. No buscando culpables ni haciendo uso de las excusas. V 6-7 “No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti.” muchas de nuestras oraciones más que humillarnos delante de Dios parece que quisiéramos hacerlo sentir culpable a él.
6. Reconociendo que lo que nos pasa solo es culpa nuestra. Dios nos perdona pero no evita las consecuencias. V 8 “Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos.
7. Aceptando que Jehová perdona por misericordia y no porque lo merezcamos. El reconocer esto nos hace personas agradecidas. V 9 “De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado
8. Entendiendo que todos en la tierra somos pecadores. V 10-11 “y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.” todos pecamos de una o de otra forma de manera voluntaria o involuntaria. Romanos 3: 23-24 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
Jehová siempre cumple lo que promete. V 12 “Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén” muchas personas solo tienen en cuenta las promesas de bendición. Cuando Jehová anuncia un castigo también es una promesa.
Cuando un padre le dice a su hijo que lo va a llevar a un paseo si gana el año escoñar esa es una promesa. Pero si le dice que si pierde el año lo castiga también es una promesa.
9. Debemos clamar. V 16-17 “Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.” muchas de nuestras oraciones más que pedir la ayuda de Dios parece que le estuviéramos exigiendo. Muchos se atreven a reclamarle por qué todavía no han recibido lo que han pedido.
La oración no solo sirve para pedir la oración es como una puerta que nos permite entrar a la presencia de Dios para experimentar su amor y comprensión. La oración para nosotros debe ser tan importante como el aire que respiramos.