Desde un principio Dios a deseado
lo mejor para nosotros Dios quería que el hombre viviera en un paraíso y así lo
dispuso desde el comienzo. Génesis 1: 26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos,
en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra”
Por
la terquedad del hombre perdieron esa hermosa oportunidad y fueron echados del
paraíso. Génesis 3: 24 “Echó, pues, fuera al
hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida
que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” Pero
a pesar de eso Jehová sigue interesado en volvernos a dar el paraíso aquí en la tierra.
Nuestro destino o el destino del
hombre se vio alterado por culpa del pecado ahora se ha cambiado de un destino fructífero
y bendecido por un destino de tormento y maldad.
El destino de Manases y Efraín
estaba atado a la suerte de Egipto ya que ahí nacieron y sobre todo su madre
era una egipcia.
Como Cambiar nuestro Destino.
1. Siendo adoptados por Dios. En
este caso Efraín y Manases deberían ser adoptados por Jacob para ser herederos
dignos en lugar de José. Génesis 48: 5 “Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la
tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como
Rubén y Simeón, serán míos.”
Nosotros éramos indignos y
estábamos perdidos. Jehová nos adopta para poder llegar a ser sus herederos. Gálatas
4: 5; Romanos 8: 15 “para que redimiese a
los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Pues
no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!”
2. Dejando que Dios Obre de Acuerdo
a su voluntad y lógica divina. Génesis 48: 14 “Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza
de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés,
colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito”
3. No Enojándonos con las decisiones
que Dios tome. V 17 “Pero viendo José que
su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto
disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a
la cabeza de Manasés.” el no comprender los propósitos de Dios en nuestra
vida hace que nos enojemos.
4. No corrigiendo a Dios. V 18 “Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el
primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.” muchas veces nosotros nos creemos
con el derecho der decirle a Dios como hacer los milagros.
5. Entendiendo que Dios lo sabe Todo.
V 19 “Mas su padre no
quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y
será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su
descendencia formará multitud de naciones” las cosas malas que nos
suceden no es porque Dios no sepa lo que está pasando. Dios permite ciertas
cosas en nuestra vida con el fin de hacernos crecer y desarrollar.
6. Llamando lo que no es como si
fuera. Romanos 4: 17 “(como está escrito:
Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el
cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.”. Llamar lo que no es como si fuera es declarar
con autoridad lo que nosotros queremos que suceda en nuestra vida o la vida de
los demás. Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga
el débil: Fuerte soy.”
Nosotros podemos marcar el destino
de los demás en especial el de nuestros hijos cuando les decimos cosas tales como:
Tú eres un campeón o tú no sirves para nada. Muchos padres en lugar de lanzar
palabras de bendición lanzan palabras de Maldición.
7. Cambiando nuestra manera de
pensar. Filipenses 4: 8 “Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad.” nuestros pensamientos determinan
lo que podemos llegar a ser. La fe no solo es poner nuestras manos al cielo a
esperar un milagro. Si tú piensas que puedes esa es tú Fe por lo tanto lo podrás
lograr, si tú piensas que no puedes esa es tú Fe por lo tanto nunca lo podrás
conseguir.
No importa que el mundo nos haya encasillado
en un rumbo de fracaso Jesucristo puede cambiar toda realidad y darnos un nuevo
rumbo. La realidad del momento tal vez diga que estás mal pero Jesucristo puede
cambiar esa verdad por algo mucho mejor.