Ya sabemos que para la mayoría de
los seres humanos nos es difícil obedecer de buena gana, la mayoría obedecemos porque
nos toca.
No robar por miedo a ir a la cárcel
o por miedo a cualquier otro castigo equivale a robar.
Portarnos bien aquí en la tierra
por miedo a ir al infierno o condenarnos es lo mismo que ser un pecador.
Hay
rebeldía pasiva y activa, la activa es cuando de alguna manera externa expreso
mi rebeldía y la rebeldía pasiva es aquella que externamente hago lo que me
piden pero en el corazón no estoy de acuerdo.
1. Rebeldes Activos. No son tan
peligrosos total ya todo el mundo sabe cómo son y los que no quieren la rebeldía
se cuidan de andar con ellos.
2. Rebeldía pasiva es la más
peligrosa por lo general la asumen personas llenas de prejuicios y el miedo los
lleva a obedecer pero por debajo donde los jefes no lo ven ni lo oyen ponen en
contra a los demás. Ante los ojos de sus jefes son unos santos pero a sus
espaldas son los más revoltosos.
Jesucristo quiere que lo obedezcamos
pero no por obligación. En la antigüedad se obedecía por miedo a la ley. Ahora Jesucristo
quiere que le buscamos por que nos gusta hacerlo para esto el escribe su ley no
solo en nuestra mete sino que la escribe en el corazón. V 10 “Por lo cual, este es el
pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré
a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo;” este
deseo venía desde la antigüedad. Jeremías
31: 33 “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”
1. Escribirla en la mente. Hace que
siempre nos acordemos de lo que tenemos que hacer y no pequemos o erremos por
ignorancia.
2. Escribirla en nuestro corazón.
Hace que amemos lo que tenemos que hacer y no lo hagamos tan solo porque nos
toca.
Que logramos al hacer las cosas por Amor y no por obligación.
2.1.
Disfrutamos lo que hacemos.
2.2. Lo que
hacemos nos queda Bien.-
2.3. No se
nos convierte en carga nuestras obligaciones.
Como logramos escribir nuestras
ordenanzas en la mente y en el corazón de nuestros hijos o de los demás.
1. En la mente: enseñándoles lo que
queremos que hagan. No solo órdenes es necesario enseñar y la mejor forma de
enseñar es con el ejemplo.
2. En el corazón. Convenciéndolos más
que obligándolos, dándoles razones para que vean la importancia de lo que
tienen que hacer.
La mejor forma de hacer las cosas
es cuando estamos convencidos de nuestras obligaciones y no cuando sentimos que
tenemos que hacerlas porque nos han obligado. Usa la persuasión más que el
obligar.