Nosotros los cristianos y no cristianos cada vez que nos
dirigimos a Dios en oración o buscamos a Cristo en el templo lo hacemos con el
propósito de manifestarle a él que es lo que queremos.
Algunos son más amplios en cuanto a lo que quieren tanto que
sus oraciones tranquilamente podríamos decir que son unos pliegos de
peticiones.
Es más podríamos decir que en la mayoría de los
casos más que peticiones parecen exigencias de nuestra parte.
Miqueas nos dice que deberíamos replantear lo que hacemos cuando
entramos a la presencia de Dios más que ir a pedir deberíamos decir: ¿Qué
quiere Dios de mí? V 6 “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me
presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?”
Jehová no quiere solamente actos rituales vacíos de todo
sentimiento. V 7 “¿Se agradará Jehová de
millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por
mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?” Dios no quiere que nuestro culto,
nuestra Adoración y nuestra oración se conviertan en actos de rutina o de
costumbre.
A Dios le desagrada que después de cada ritual que le
ofrecemos continuemos con nuestra misma forma de vivir. V 12 “Sus ricos se colmaron de
rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua es engañosa en su boca.” Jesucristo quiere que estemos
dispuestos a dejar que él nos dé una nueva vida.
Que pide Dios de
nosotros.
1. Justicia. V 8 a “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de
ti: solamente hacer justicia.” una persona justa es aquella que da a cada quien lo que merece no hace acepción
de personas. Para él todas son iguales.
2. Amar Misericordia. V 8 b “, y amar misericordia,” debemos amar sin condiciones. Amar con misericordia
significa que debemos amar aquella persona que merece castigo.
Amar con misericordia significa que debemos dar otra
oportunidad a quienes consideramos que nos han fallado. Cuando alguien nos
decepciona se nos olvida que nosotros no somos perfectos y que también nos
equivocamos.
Amar con misericordia significa que cuando alguien nos falla
debemos luchar por restaurarlo y no destruirlo. Muchas personas que se
equivocaron y nos fallaron podrían haber llegado a ser unos grandes siervos de
Dios o quizá unos grandes profesionales en el mundo secular si les hubiéramos dado
otra oportunidad de volver a comenzar. Pero…. No preferimos destruirlos.
El amar la misericordia nos lleva a ser útiles en el reino de
Dios. Si somos misericordiosos podremos luchar por salvar almas a través del
evangelio de Cristo.
3. Humillarnos delante de Dios. V 8 c “y humillarte ante tu Dios” el humillarnos delante de Dios nos
lleva a ser obedientes a sus mandamientos.
Consecuencias de una
vida rutinaria y sin compromiso delante de Dios.
1. Sentimientos de destrucción. V 13 “Por eso yo también te hice
enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados.” hay personas que lo tienen todo
pero sin embargo su vida es una total ruina no pueden disfrutar nada de lo que
tienen.
2. Inconformidad. V 14 “Comerás, y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti;
recogerás, mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a la espada.” una persona inconforme nada le
sacia.
3. Improductividad. V 15 “Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con
el aceite; y mosto, mas no beberás el vino.” por muchos esfuerzos que se haga si Jesucristo no está de
nuestra parte los frutos nunca serán suficientes. Mateo 12: 30 “El que no es
conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.”
Jesucristo no quiere una iglesia llena de rituales sin
sentido. Jesucristo quiere una iglesia capaz de ser justa de amar con misericordia
y de humillarse delante de Dios. De nada sirven los rituales sin un compromiso
de cambio.