jueves, 11 de junio de 2015

Ordena tú Casa. Isaías 38.

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El ser cristianos no nos garantiza una vida eterna aquí en la tierra. Ezequías era un hombre correcto en todo lo que hacía ante los ojos de Jehová. 
Ezequías apela a su forma de vida para orar a Jehová. V 3 “y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Nosotros hemos recibido a Jesucristo en nuestro corazón y lo más seguro es que siempre tratamos de hacer la voluntad de Dios. ¿Pero será que podríamos decirle a Jehová las mismas palabras de Ezequías?
¿Estamos seguros de nuestra fidelidad e integridad con Dios?
La vida de Ezequías no solo era ejemplo de fidelidad a Dios también era una vida con sentido espiritual su vida era dedicada a Dios. V 18-19 “Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad, El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos.
Con todas estas características favorables y admirables que tenía Ezequías. Podríamos preguntarnos. ¿Que tenía que arreglar?
La vida personal de Ezequías era perfecta no tenía nada que arreglar. Por eso note que Jehová no le dice que arregle su vida lo que le dice es que arregle su casa.
Su casa tiene que ver con una vida más allá de la muerte. Nuestra vida se puede prolongar  a través de los demás.
Nuestra casa está compuesta por los que integran nuestra familia. Esposo esposa e hijos. La vida de cada uno de ellos es lo que tiene que estar arreglado antes de que muramos.
Si en este momento Dios te dice que vas a morir. ¿Cómo quedan tus hijos? Estas seguro de que podrán vivir sin ti. Que ya están listos para enfrentarse a los problemas de este mundo.
Como ordenar nuestra casa.
1. No tengas a tus hijos en una burbuja. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Jesucristo en ningún momento nos niega las dificultades que tendremos que enfrentar en este mundo. El tratar de evitarles todos los sufrimientos a nuestros hijos es lo que los expone a sufrir más.
2. Entrena a tus hijos para ser victoriosos. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;” Jehová no quiere hacernos las cosas él nos prepara y nos da los recursos para que nosotros las hagamos.
3. Corrige a tiempo. Proverbios 29: 17 “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma.
4. Acompaña a tus hijos en el transcurso de su vida, no vivas la vida por él. Isaías 43: 2 “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma.
5. Involucra a tus hijos en lo que haces. Lucas 2: 49 “” No solo pienses en dejarles una herencia jugosa. Prepara a tus hijos y a quienes piensas heredar para que la puedan manejar o administrar. Una herencia cuantiosa en manos de un inútil es lo mismo que nada.

Nuestra responsabilidad no solo es darles todo lo necesario a nuestros hijos y a quienes dependen de nosotros. Nuestra responsabilidad es prepararlos para que un día puedan vivir sin nosotros. Sea que muramos o sea que ellos tengan que independizarse de nuestro hogar.