Nosotros nos alegramos mucho cuando escuchamos estas afirmaciones de parte de Dios. ¡Él es nuestro escudo!
Pero escudo no es un artefacto decorativo. El escudo hace parte de las armas de defensa en un soldado.
Un soldado no pide un escudo para quedarse descansando o tal vez durmiendo en su cama, el escudo no le sirve de cobija.
Abraham venia de la guerra, venia de rescatar a su sobrino Lot en una confrontación humanamente desigual.
Abraham se enfrentó con tan solo trescientos dieciocho hambres que no eran soldados y salió victorioso pero esto era tan solo el comienzo de todo lo que tenía que vivir. Por esta razón posiblemente tiene un momento de temor en su corazón, “como diciendo ¿qué es lo que hice, como gane esta guerra?” pero Jehová le dice que no tema él es su escudo. V 1 a “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abraham en visión, diciendo: No temas, Abraham; yo soy tu escudo,”
El escudo no solo es nuestra protección frente a los ataques. El escudo nos permite:
1. Actuar. Cristo no quiere que te quedes paralizado, levántate y toma la bendición. Dios ya te la dio.
2. Avanzar. No se trata de solo sentirse protegido es necesario avanzar, alcanzar eso que tanto anhelamos.
3. Estar confiados. Si tenemos la confianza de que Cristo nos cuida, podemos actuar y avanzar sin miedo.
El escudo es necesario cuando se va a luchar por algo. Abraham estaba dispuesto a luchar es por eso que Jehová le promete galardón. Un galardón es un premio, es un reconocimiento o una remuneración. V 1 b “y tu galardón será sobremanera grande”
La recompensa para Abraham era tener descendencia ya que el con su esposa no podían tener hijos. V 5 “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia”
Si nuestra vida tiene un propositito par la obra de Dios el promete darnos fuerza y agilidad. Isaías 40: 31 “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”
Debemos siempre estar convencidos de que Dios es nuestro protector. Salmo 91: 1-4 “El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 91:3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora. 91:4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.”
De la peste destructora. 91:4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.”
La única forma de estar seguro de alguien es conociéndolo, nadie puede confiar en alguien que no conoce. La palabra de Dios no solo sirve para aprender de sus leyes también podemos aprender de él y conocerlo. Génesis 15: 7 “Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.”
Dios le está hablando a Abraham de su protección y se lo muestra con hechos. Dios le pide que le lleve unos animales los cuales los tiene que partir por la mitad. V 9-10 “Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 15:10 Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves”
Todas las aves de rapiña querían quitarle esos animales y Abraham tenía que luchar en sus fuerzas para evitar que esto suceda. Tenía que estar el día entero ahuyentándolas. V 11 “Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abraham las ahuyentaba”
El problema es que llega la noche y Abraham está cansado por lo tanto el sueño lo domina, el temor invade a este varón. ¿Cómo podía ahuyentar a las aves? En cuanto el se duerma ellas descenderían. 12 “Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abraham, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él”
Pero algo maravilloso sucede Jehová le muestra su respaldo y protección al igual que un escudo. Mientras Abraham duerme Dios mismo se encarga de ahuyentar a las aves con su fuego poderoso. V 17 “Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos”
No tengas miedo de las circunstancias por las cuales estas pasando, posiblemente ya te sientas cansado, agotado, tal vez sientas que tu vida es como una noche larga fría y oscura. No te preocupes Jesucristo es tu roca fuerte, tu escudo, si resistes hasta el final el te dará tu galardón.