Cuando nosotros recibimos a Jesucristo
en nuestro corazón suceden dos cosas maravillosas.
1. Llegamos a ser Hijos de Dios.
Juan 1: 12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”
2. Llegamos a ser pueblo de Dios. 1
Pedro 2: 10 “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois
pueblo de Dios;”
En
este mundo muchas personas quisieran haber nacido en un país o en una ciudad
diferente a la que nacieron prefieren esa otra ciudad o país porque consideran
que sería fantástico vivir allá por el tamaño de la ciudad, el desarrollo y sus
oportunidades de trabajo etc. Etc.
Saber que ahora no solo somos hijos
de Dios sino que también hacemos parte de su pueblo nos debe llenar de gran gozo
en nuestro corazón.
Beneficios de pertenecer al Pueblo de Dios.
1. Ahora tenemos un linaje
especial. V 9 a “Mas vosotros sois linaje escogido,” en esta
sociedad la procedencia o el apellido de una persona es muy importante. El
linaje da importancia a una persona.
2. Somos Real sacerdocio. V 9 b “real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” como
sacerdotes podemos entrar libremente hasta el trono celestial. La Oración es el
medio que nos sirve para estar en la presencia de Dios.
3. Ahora tenemos la misericordia de Dios. V 10 b “vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora
sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero
ahora habéis alcanzado misericordia” misericordia es perdonar a alguien que merece castigo. Esto
nos garantiza que todos nuestros pecados son perdonados y podemos empezar de
nuevo.
Una persona que no se cree perdonada la conciencia no lo deja
avanzar. El saber que somos libres de pecado es como si nos quitaran una carga
de nuestros hombros para poder avanzar sin ningún impedimento no solo a la
salvación sino también a toda una vida de Éxito.
Responsabilidades de ser Hijos de Dios y Pueblo de Dios.
1. Debemos renunciar a los malos deseos que antes teníamos. V
11 “Amados, yo os ruego
como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que
batallan contra el alma,”
todas las ciudades del mundo tienen normas que se deben cumplir y el pueblo de
Dios no es la excepción. V 12 “Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para
que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en
el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.”
2. Vivir de manera decente principalmente entre los no
creyentes. V 12 “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para
que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en
el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” muchas personas no quieren conocer
a Cristo por el mal comportamiento de algunos cristianos.
3. Someterse a toda autoridad
humana. V 13 - 14 “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al
rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo
de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.” los
cristianos debemos ser ejemplo de respeto a los presidentes, gobernadores,
alcaldes. Etc.
4. Seguir a Jesús como nuestro mayor ejemplo. V 21-22 “Pues para esto fuisteis
llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para
que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”
Ser un verdadero cristiano no solo es exigir derechos tales
como los milagros. Ser cristiano es asumir responsabilidades y actuar de manera
coherente con lo que decimos ser. Si eres rey pórtate como un rey y no como un
plebeyo, si eres pueblo de Dios pórtate como tal y no como cualquier persona.