Desde la antigüedad ya había sacerdotes que se vendían al mejor postor para hablar y actuar conforme la gente quería oír. V 10-11 “Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás para mí padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos y comida. Y el levita se quedó.
17:11 Agradó, pues, al levita morar con aquel hombre, y fue para él como uno de sus hijos.”
17:11 Agradó, pues, al levita morar con aquel hombre, y fue para él como uno de sus hijos.”
Hoy en día muchas iglesias se han hecho amigas del mundo les interesa más agradar a los hombres que a Dios. Desconociendo que la amistad con el mundo es enemistad con Dios. Santiago 4: 4 “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”
Tal como en ese tiempo hoy en día a la gente no le gusta dejar que la palabra de Dios los guie prefieren cada uno hacer lo que les parece. V 6 “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.”
La mayoría del nuevo cristianismo tanto pastores como ovejas solo giran entorno de obtener prosperidad a toda costa. V 13 “Y Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote.”
La palabra dice que en estos tiempos se incrementara el número de personas que buscaran pastores que les hablen cosas agradables. En este nuevo sistema de cristianismo a la carta cada perdona escoge lo que quiere oír, y los pastores aprovechando este momento de confusión se especializan en hablar a la gente lo que ellos quieren oír de esta forma los tienen contentos y aseguran de que sus templos siempre estén llenos. 2 Timoteo 4: 3 – 4 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
Los cristianos modernos cuando recién llegan a una iglesia se sienten lo más de bien mientras les hablan de las maravillas de Jesús, pero cuando les hablan de lo que Jesús demanda salen corriendo a otra iglesia en búsqueda de alguien que solo les predique lo que quieren oír.
Muchos pastores dada la demanda de evangelio al gusto de cada oyente han tomado la decisión de descuartizar la palabra de Dios escogiendo de ella solo las porciones que más le gusta a la gente. La única forma de poder entender los mandatos de Dios es si estudiamos y predicamos la palabra de manera completa sin omitir nada. Josué 8: 34-35 “Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley. 8:35 No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.”
Deja que Dios te hable no escojas lo que quieres oír. Dios quiere hablarte no lo que tú quieres oír sino lo que tú necesitas oír. Eso que quieres a lo mejor no te edifica y eso que no quieres oír puede ser lo que necesitabas para tener una nueva vida maravillosa.