Cuidar a nuestra pareja no significa, vigilarla, fiscalizarla o encarcelarla en la terrible cárcel de los celos.
Cuidar a nuestra pareja significa proporcionar todas las cosas necesarias para que lo que comenzó con amor permanezca en amor.
Todos nos casamos enamorados bueno o la mayoría. La pregunta es: que hacer para que el amor no se muera, para que la pasión no se apague. Con el transcurrir de los años es normal que las cosas, las personas y las circunstancias cambien.
Lo cierto es que en el amor es casi inevitable atravesar distintas etapas, por lo que pretender que todo continúe igual que en los primeros meses es un pensamiento irracional, que más vale que ajustes a la realidad cuanto antes para no frustrarte o desencantarte.
Entonces, ¿cuál es ese gran secreto que esconden las parejas estables para permanecer satisfechos a medida que avanza el calendario? La clave consiste en saberse cuidar del uno al otro.
Si crees que tu felicidad depende de los demás o de las circunstancias que se vive cada día, estas en grave peligro de nunca ser feliz.
La felicidad de los seres humanos depende de nosotros mismos la felicidad no es algo externo es algo interno en nosotros.
Sansón cometió un grave error dejándose llevar por la ira abandono a su mujer y se fue a casa de sus padres. Jueces 14: 19 “Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.”
La consecuencia de esta grave irresponsabilidad fue la pérdida de su pareja, como es obvio su abandono hizo creer que ya no la quería. 15: 1-2 “Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar. Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar”
Como Cuidar a Nuestra Pareja.
1. Momentos de Pasión.
Lo primero que empieza a marchitarse en la mayoría de las relaciones es la pasión todo se hace por obligación o por que toca. Las caricias, los abrazos y los besos brillan por su ausencia. Amor sin Pasión es como un carro fino pero sin gasolina. Cantar de los cantares 1: 2 “¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.”
2. Momentos de Romanticismo. Los halagos de manera mutua enriquecen cualquier relación. Todos hombres y mujeres necesitamos saber que nos valoran y nos aman Cantares: 1: 15- 16 “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas. He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores”
3. Momentos de Intimidad. Cantares 1: 4 “Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.” para esto se necesita disposición, dejar a un lado la televisión, el celular o cualquier otra distracción que nos impida vivir el momento.
Con razón te aman.” para esto se necesita disposición, dejar a un lado la televisión, el celular o cualquier otra distracción que nos impida vivir el momento.
4. Comunicación.
No es sólo hablar cuando las cosas van mal, o tenemos problemas en la casa o el trabajo, es buscar diez minutos diarios de conversación en pareja, libres de interrupciones. Esta pequeña dosis de diálogo sobre lo que pensamos o sentimos puede ser muy enriquecedora.
5. Tener un proyecto en común.
No importa cuál sea (cambio de casa, hijos, escribir un libro juntos, hacer una asociación, aprender un deporte, etc.) ni en qué consista, lo importante es tener siempre algo que emprender en pareja, algo en lo que apoyarse y necesitarse mutuamente con entusiasmo. Amos 3: 3 “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”
5. Magnificar lo bueno y minimizar lo malo.
En todas las relaciones se discute o manifiesta desacuerdos: dos seres distintos que, aunque tengan valores en común, no dejan de tener sus propias percepciones y creencias acerca de las cosas. Ahí es donde comienza el gran reto de tolerar las diferencias en pareja, aceptar lo que no te gusta de tu compañero y que esos defectos no ocupen el puesto número 1 en el ranking de tus preocupaciones. Colosenses 3: 13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
Algo que puede servir de gran ayuda es el ejercicio diario de reforzar todos aquellos aspectos positivos de tu pareja que sí admiras y valoras (logros, detalles, cualidades, etc.), a la vez que intentas ignorar lo que te molesta o desagrada.
No basta con haberse casado con la persona que anhelábamos, el seguirnos amando no es una obligación, es necesario cuidarnos del uno al otro para mantener una perfecta convivencia, más que el amor lo que mantiene una relación es la sana y buena convivencia.