Hoy en día vivimos en un mundo que
tiene mucha prisa, poco tiempo tenemos para dedicarnos los unos a los otros, la
rapidez con que nos movemos es tal que
es muy frecuente causar fricción entre las personas que tratamos a diario. En
el hogar y con las demás personas con quien tratamos siempre estamos expuestos
a enojarnos con facilidad.
Es
por esto que cada día se hace más necesario el aprender a reconciliarnos.
Reconciliar significa volver en amistad. Estábamos alejados y ahora nos
acercamos.
Esta siempre ha sido nuestra
condición con Dios por culpa de nuestros pecados permanecemos alejados de él.
La relación del hombre con Dios ha
sido tan mala que al acercarse en lugar de producir vida ha producido muerte. V
1 “Habló Jehová a
Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron
delante de Jehová, y murieron.”
Para tener una buena relación es
necesario acercarse a la persona ofendida, pero no en cualquier momento. V 2 “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu
hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante
del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo
apareceré en la nube sobre el propiciatorio.”
Para tener éxito en la
reconciliación es necesario preparar el territorio. Que el ambiente sea el
adecuado.
Veamos algunas cosas a tener en
cuenta para preparar el terreno de la
reconciliación.
1. Un buen dialogo. Busca la forma
de entablar un verdadero dialogo. V 13 “Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la
nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para
que no muera” lo único que producía un perfume agradable a Dios era el
incienso. Incienso significa oración, dialogo o hablar. Apocalipsis 5: 8 “Y cuando hubo tomado el libro, los
cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del
Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las
oraciones de los santos;”
2. Aceptar nuestros errores. Solo
cuando aceptamos que nos equivocamos podemos corregir y llegar a la perfección.
3. Estar dispuestos a perdonar y a
pedir perdón.
Para que la reconciliación fuera un
éxito era necesario que el sacerdote lo hiciera a través del sacrificio de
animales. V 3 “Con esto
entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para
holocausto.”
Para reconciliarnos con Dios ya no
necesitamos del sacrificio de animales ahora lo obtenemos a través de
Jesucristo. Romanos 5: 10-11 “Porque
si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 5:11 Y no
sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”
Pero lo más maravilloso es que no
solo somos reconciliados con Dios ahora Jesucristo nos hace parte de su gran
propósito y también nos convierte en reconciliadores. Cada vez que le
compartimos a alguien sobre Jesús estamos contribuyendo a que esa persona se
reconcilie a través de Jesucristo con nuestro Dios. 2 Corintios 5: 18-19 “Y todo esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a
nosotros la palabra de la reconciliación.”
Cuando nosotros nos reconciliamos
con Dios nos reconciliamos con nosotros mismos y como consecuencia de esto nos
reconciliamos con los demás. Si quieres vivir en paz en tu casa o en este mundo
es necesario primero reconcíliate con Dios.